Piedra Buena

Mi sobrina -¿Cuándo vuelve el tío de Roca?
Mi hermana -¿De dónde?
Mi sobrina -¡De Roca!
Mi hermana -El tío está en Piedra Buena.
Mi sobrina -Ah mamá...piedra, roca es todo lo mismo!
¡Es un amor la gurisa!

En Comodoro Rivadavia (hace ya muuuchos días), conocí en una estación de servicio a Darío, un muchacho recontra piola que estaba viajando hacia Piedra Buena. Nos pusimos a conversar y enseguida pegamos buena onda así que me dijo que cuando ande por el pueblo que habita, vaya a su casa y así podía conocer a su familia. En San Julian le mandé un mensaje y le avisé que al otro día estaría yendo para aquellos lares.

Llegué a Piedra Buena el lunes 7 al medio día. Como llegaba a esa hora, no quise avisarle a Darío para no caer a un horario algo incómodo. Pensaba estar por ahí hasta la tarde y luego ir para su casa. La cuestión es que ni bien hice un par de cuadras me lo crucé en la calle haciéndome un montón de señales así que nos fuimos derechito para su casa. Me presentó al resto de la familia que está compuesta por Anastasia y Katalina e inmediatamente me invitaron a almorzar.

En San Julian había pasado una semana dentro de la kombi así que estaba deseoso de convivir un poco en familia. Ellos se fueron a trabajar y cuando regresaron pudimos compartir unas buenas charlas con ricos y calentitos mates.

El martes ya estaba moviéndome por los proyectos sociales así que fui al Consejo Deliberante para conseguir información de las escuelas y reunirme con la gente de Acción Social y la Oficina de la Mujer. Fue un día muy intenso entre la reunión con ellas y visitar las tres escuelas cuyas directoras me trataron de maravillas y enseguida se prendieron para participar en el taller. El miércoles había paro docente así que las actividades en las escuelas las desarrollaría recién el jueves, viernes y lunes.
Eso no sería todo, el mismo martes por la tarde tuve la posibilidad de brindar una capacitación de 4 horas para la gente de la Oficina de la Mujer, actividad que continuaría el miércoles ya que las mujeres se mostraron muy interesadas y percibí que se podía hacer un trabajo interesante. También hubo tiempo para una entrevista en una radio del pueblo y alguna que otra foto con vecinos del lugar.

El miércoles, los chicos me llevaron a conocer la "Isla Pavón", un lugar mágico por donde se lo mire y sienta. Almorzamos allí y hubo tiempo de jugar un lindo rato.

El jueves y viernes lo dediqué al taller en las escuelas y me llevo unas experiencias hermosas tanto de las directoras como de las docentes y niños. Un placer llevar a cabo el proyecto en este hermoso pueblo!!!

Ya finalizando mi estadía en este pueblo y luego de un pequeño resbalón que ya muchos conocen, me ofrecieron animar el cumpleaños de Kata, la hija de Ana y Darío así que por supuesto que acepté con la mejor de las sonrisas y llamé a mi amigo "Madgid" que se calzó todo su vestuario y con la nariz roja por bandera salió a hacer de las suyas, primero en las calles del pueblo (como para calentar un poquito) y luego en la casa de Kata. Fue un día mágico que dejó atrás todas las malas vibras y pudimos compartir muchas risas y miradas cómplices entre niños, adultos y algún que otro perro.  Cerramos la noche con un rico, riquísimo guiso que hizo Darío. Muchas gracias familia!!!!
Si bien no pude conocer tanta gente del lugar, con los que compartí la pasé de maravillas. Gente muy simple y con buena onda dispuestas a pasar un lindo rato y con mirada sincera.