Un hombre del pueblo de Neguá; en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
El mundo es eso -reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
(Eduardo Galeano, “El libro de los abrazos”)
Aquí están otros locos soñadores contando sus aventuras:
Argentina Alaska (Los Zapp)
Acróbata del camino
A donde me lleve la vida
Amérika en kombi
Bitacora Viajera
Boleto de ida e ida
Camino a la alegría
Compartiendo América
Con rumbo al mundo
Constelaciones ruteras
Bitacora Viajera
Boleto de ida e ida
Camino a la alegría
Compartiendo América
Con rumbo al mundo
Constelaciones ruteras
Los viajes de nena
Por las rutas del mundo
Regando caminos
Rodando ando
Ruta cero
Se hace camino al andar
Te quiero hasta Alaska
Viajar cueste lo que cueste
Viaje sin destino
Viajero sin destino
Por las rutas del mundo
Regando caminos
Rodando ando
Ruta cero
Se hace camino al andar
Te quiero hasta Alaska
Viajar cueste lo que cueste
Viaje sin destino
Viajero sin destino